Kate del Castillo Busca Justicia a 9 Años de Su Encuentro con El Chapo
A casi una década de su controvertida reunión con Joaquín «El Chapo» Guzmán, Kate del Castillo sigue luchando por justicia y reparación de daños.
La actriz, que se reunió con el narcotraficante en octubre de 2015 junto al actor Sean Penn, ha enfrentado una serie de acusaciones que la llevaron a abandonar México y que ahora sigue intentando resolver con el gobierno mexicano.
El encuentro, que en su momento atrajo una gran atención mediática, se realizó con la intención de desarrollar una película sobre la vida del capo. Sin embargo, tras la reunión, del Castillo fue blanco de críticas y un juicio mediático que la obligó a exiliarse. La actriz ha declarado que este proceso estaba relacionado con su condición de mujer y figura pública, así como con su crítica al gobierno de Enrique Peña Nieto.
Kate del Castillo regresó a México en diciembre de 2018, con la administración de Andrés Manuel López Obrador, y desde entonces ha estado buscando una compensación por los daños sufridos durante su ausencia del país. La actriz ha sostenido que las autoridades del gobierno de Peña Nieto orquestaron una persecución que afectó tanto su vida personal como profesional.
En un mensaje reciente publicado en redes sociales, del Castillo expresó su frustración por la falta de avances en su caso. Junto a su abogado Federico Mery Sanson, la actriz mostró su descontento con la Fiscalía General de la República (FGR) y otras instituciones mexicanas por no otorgarle una reparación integral de daños. «Más de 7 años de procesos jurídicos y de impunidad al pretender acceder a una reparación integral de daños por parte de la FGR», escribió en una publicación.
La actriz exige medidas de no repetición, una disculpa pública e indemnización por el abuso de poder que experimentó. En su mensaje, también arrobó a instituciones como el Tribunal Federal de Justicia Administrativa, el Consejo de la Judicatura Federal y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Del Castillo ha subrayado que el proceso judicial ha sido no solo un golpe económico, sino también emocional. La separación forzada de su familia y la amenaza constante a su seguridad personal han añadido un peso considerable a su experiencia. Además, ha señalado que las acusaciones públicas de la exprocuradora Arely Gómez González, que la vincularon con la recaptura de El Chapo, pusieron en riesgo su vida y la de su familia.
