La Pluma de Oaxaca
El pleito entre Jara y los Murat
El conflicto político entre el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, y el senador de Morena, Alejandro Ismael Murat Hinojosa, ha escalado en los últimos días, evidenciando tensiones significativas dentro del partido y entre sus principales figuras.
Jara ha expresado abiertamente su oposición a la afiliación de Alejandro Murat a Morena, argumentando que su trayectoria y valores no se alinean con los principios del movimiento. En una reciente conferencia, el gobernador afirmó que los exgobernadores José Murat Casab y Alejandro Murat Hinojosa “buscan acuerdos en lo oscurito” con su administración, pero que su gobierno no está dispuesto a negociar en secreto. Además, criticó la gestión anterior por presuntos actos de corrupción y por dejar una deuda pública significativa.
Por su parte, Alejandro Murat ha defendido su afiliación a Morena, asegurando que ha sido bien recibido en el partido y que su trayectoria respalda su permanencia en él. En respuesta a las críticas de Jara, Murat expresó que “me han tratado de poca madre” y enfatizó que lo importante en la política son los ideales y principios que se defienden, independientemente del color que representen.
Este enfrentamiento refleja una división interna en Morena, donde figuras clave como Jara y Murat tienen visiones y enfoques diferentes sobre la dirección y los valores del partido. La confrontación también pone de manifiesto las tensiones entre la administración estatal y los intereses de exgobernadores que aún influyen en la política oaxaqueña.
Será el pueblo de Oaxaca quien decida el futuro de los Jara y los Murat, así como la permanencia en el partido que fundó AMLO. Por cierto, el Congreso del Estado abrió la posibilidad de agilizar las investigaciones por el desfalco millonario que dejó la anterior administración del expriista y hoy morenista Murat.
Aspirantes oaxaqueños al Poder Judicial: capacidad y nexos políticos
En medio de la reconfiguración del Poder Judicial, varios perfiles originarios de Oaxaca han emergido como aspirantes a cargos clave. Entre ellos, destacan Hugo Aguilar Ortiz, Arely Reyes Terán y Roselia Bustillo, quienes cuentan con distintas trayectorias, capacidades y, en algunos casos, fuertes vínculos políticos.
Hugo Aguilar Ortiz, abogado con una sólida trayectoria en el ámbito del derecho indígena y los sistemas normativos internos, es una de las figuras más cercanas a Adelfo Regino Montes, actual titular del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI). Ha ocupado cargos clave, como director de Sistemas Normativos Indígenas del IEEPCO y coordinador de Derechos Indígenas en el INPI, lo que le ha permitido consolidar una red de influencia tanto en el ámbito jurídico como en el político. Su postulación ha generado expectativas dentro de sectores que buscan fortalecer la representación de los pueblos indígenas en el Poder Judicial, pero también enfrenta cuestionamientos sobre su grado de autonomía respecto a la estructura gubernamental y los intereses de la 4T. Aguilar es la carta fuerte y dicen, será la cara indígena de las Suprema Corte.
Arely Reyes Terán, con una carrera en la impartición de justicia, se ha posicionado como una de las contendientes en esta disputa. Sin embargo, su candidatura no está exenta de tensiones, ya que su cercanía con actores políticos de Morena y su relación con el gobierno estatal han generado debate sobre su independencia judicial. Además, su vínculo familiar con Norma Reyes Terán, quien ha sido señalada como una operadora política leal a José Murat Casab, refuerza su presencia en la contienda, pero también la expone a cuestionamientos sobre el posible peso de los intereses muratistas en su aspiración. Norma Reyes Terán ha sido identificada como una pieza clave en las estrategias políticas del exgobernador José Murat, lo que levanta sospechas sobre si la postulación de Arely responde a méritos propios o si forma parte de un esquema más amplio de influencia del viejo grupo de poder.
Roselia Bustillo, quien aspira a una magistratura en la Sala Regional de Xalapa, es una de las figuras más relevantes en este proceso porque significa la mano de su jefe Felipe de la Mata. Su carrera se ha centrado en derecho indígena y de género, lo que la convierte en una candidata con un perfil técnico sólido y con una agenda alineada a las exigencias de paridad de género en el Poder Judicial. Sin embargo, su apellido la vincula a la familia Bustillo, un grupo con lazos estrechos con el clan Murat, lo que ha generado sospechas sobre la posibilidad de que su candidatura esté respaldada por los mismos intereses políticos que han dominado Oaxaca en las últimas décadas. A pesar de estos señalamientos, su experiencia y su participación en casos de alto impacto la consolidan como una contendiente de peso.
Gobierno del Estado toma el control de Huautla de Jiménez
La liberación de David García Martínez, presidente municipal de Huautla de Jiménez, del penal de Tanivet, tras ser imputado por homicidio en grado de tentativa, refleja una intervención del gobierno estatal en un proceso político complejo.
Margarita Cruz Gómez, al no poder garantizar la continuidad de servicios básicos, anunció su renuncia para evitar que su presencia como presidenta interina fuera un obstáculo para la llegada de los recursos.
La renuncia deja abierta la posibilidad de que el cabildo elija un nuevo presidente interino o que el Congreso del Estado intervenga y designe un comisionado estatal.
Sección 22 desestabiliza gobernabilidad en Oaxaca
Las recientes movilizaciones de la Sección 22 de la CNTE reflejan una creciente tensión entre los maestros y las autoridades. El descontento va más allá de cuestiones económicas; también responde a la percepción de que la política educativa del gobierno federal no toma en cuenta la realidad regional.
Sin embargo, en Oaxaca podría haber otros intereses políticos, incluyendo la influencia de exgobernadores que buscan desestabilizar a la actual administración.
Estas protestas evidencian la falta de operación política del gobierno de Salomón Jara para resolver este conflicto. La falta de comunicación y el desgaste en la relación con la Sección 22 podrían traerle serios problemas, ya que este sector ha demostrado una capacidad de movilización que históricamente ha condicionado la estabilidad gubernamental en Oaxaca.
Conclusión: Oaxaca en una encrucijada política
Los conflictos en Oaxaca reflejan un escenario de fuerte competencia política. Desde la pugna entre Jara y Murat, la crisis en Huautla de Jiménez, la presión de la Sección 22 y la disputa por el Poder Judicial, las tensiones entre grupos de poder marcan el rumbo del estado.
El destino de Oaxaca dependerá de qué facción logre imponerse y si la administración de Salomón Jara puede consolidar su liderazgo sin fracturar aún más el equilibrio de fuerzas en la entidad.
El comentario al aire: anote usted a Armando Contreras Castillo.
Ahí nomás.