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Congruencia, humildad y ante todo sencillez y austeridad, lección de vida y mayor legado de Pepe Mújica / en la opinión de Alfredo Martínez de Aguilar

Confianza y credibilidad son los mayores activos intangibles de periodistas. Congruencia, humildad y ante todo sencillez de los políticos. Y lo son porque estos valores por su alta carga positiva de fe.

Ambos jamás deben perder la capacidad de asombro y mucho menos el optimismo y la esperanza para luchar siempre por un mundo mejor que heredar a nuestros hijos y a los hijos de sus hijos.

Hombre del Barroco del siglo XVII, escritor, filósofo, religioso jesuita, Baltasar Gracián publicó en 1647 “El arte de la prudencia”. Sus enseñanzas son de absoluta vigencia en el mundo actual.

Afirma que “la Virtud convierte al hombre en prudente, discreto, sagaz, cuerdo, sabio, valeroso, moderado, íntegro, feliz, digno de aplauso, auténtico, es decir, un gran hombre en todo…

“La Virtud es el sol del hombre; el hemisferio es la buena conciencia. Consigue la gracia de Dios y la de la gente… hace al hombre digno de ser amado cuando vive, y memorable una vez muerto”.

De ahí que la congruencia, humildad y ante todo sencillez, sean los mayores activos intangibles de los seres humanos, hombres y mujeres. Y son la lección de vida y el mayor legado de Pepe Mújica.

Y su grandeza se agiganta a la luz de la cruel, dolorosa y descarnada realidad, a la vista de todos de que la izquierda sabe cómo llegar al poder, pero una y otra vez demuestra que no sabe gobernar.

A diferencia del ícono de la austeridad la mayoría de los gobernantes de izquierda en el mundo se aburguesan y muchos terminan convertidos incongruentemente en plutócratas multimillonarios.

Fue coherente con la sencillez que predicaba, renunciando al sueldo y al patrimonio presidencial, al tiempo que introducía políticas para cumplir su promesa de beneficiar a los ciudadanos pobres.

Mucho tienen que aprender de congruencia, humildad y de sencillez, como lección de vida y legado de Pepe Mújica los gobernantes y dirigentes de izquierda, sobre todo, en América Latina.

“Eres libre cuando escapas a la ley de la necesidad” decía Mújica, austero presidente de Uruguay, filósofo sin pelos en la lengua, sabio por una vida plena mientras luchaba contra el cáncer.

Y vaya que el gran Viejo, Pepe Mújica «el presidente más pobre del mundo» vivió intensa y apasionadamente mil vidas en una: asaltó bancos como guerrillero urbano de izquierda.

Sobrevivió 15 años como preso político, incluso haciéndose amigo de una rana, mientras permanecía en un agujero en el suelo; fue diputado, senador, ministro, presidente de su país.

Pero sobre todo, Pepe Mújica ayudó a liderar la transformación de su pequeña nación sudamericana en una de las democracias más sanas y socialmente liberales del mundo.

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@efektoaguila

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