La Contra
Citar a Liberalistas de hace dos siglos: reflexiones sobre la condición inhumana de Salinas Pliego
La Redacción
En su reciente columna para El Universal, Ricardo Salinas Pliego hace una reflexión, citando a Ludwig von Mises para destacar la importancia de la cooperación pacífica en una economía de mercado. Sin embargo, resulta paradójico que quien aboga por estos principios sea el mismo que enfrenta múltiples acusaciones de evasión fiscal y prácticas empresariales cuestionables.
Salinas Pliego enfatiza que «sin paz, no hay libertad y sin libertad jamás habrá innovación ni competencia». No obstante, sus acciones parecen contradecir este ideal. El empresario ha sido señalado por adeudar al fisco mexicano más de 63,000 millones de pesos en impuestos, según informes de marzo de 2024.
Además, en octubre de 2024, la calificadora S&P degradó la evaluación crediticia de Grupo Elektra a grado especulativo debido a contingencias fiscales significativas, lo que refleja una gestión financiera preocupante. Por otra parte, investigaciones revelan que ha utilizado entramados de empresas en España y Luxemburgo para eludir sus obligaciones fiscales.
Estas maniobras no solo erosionan la confianza pública, sino que también socavan la cooperación pacífica que él mismo promueve.
El empresario también critica las «políticas que, bajo el disfraz de ‘inclusión’, solo promueven el resentimiento y el enfrentamiento». Sin embargo, su reciente prohibición del «lenguaje woke» en los programas de TV Azteca ha sido percibida como un ataque a la diversidad y la inclusión, generando críticas en redes sociales.
Este tipo de comportamiento, especialmente dirigido hacia mujeres y críticos, pone en entredicho su compromiso con la cooperación pacífica y el respeto que promueve en sus discursos.
Por ejemplo, en el ámbito personal, Salinas Pliego ha protagonizado incidentes de agresión verbal en redes sociales. En diciembre de 2024, sostuvo una disputa pública con la periodista Denise Dresser, a quien llamó «bruja mala paga» y lanzó ataques personales en respuesta a críticas sobre sus prácticas empresariales.
En febrero de 2025, Banco Azteca, propiedad de Ricardo Salinas Pliego, interpuso una demanda civil contra siete periodistas y comunicadores afines a la Cuarta Transformación, acusándolos de causar «daños patrimoniales y morales» a la institución financiera. Los señalados incluyen a Jorge Gómez Naredo, Víctor Arámburu, Vicente Serrano, Sandra Aguilera, Hans Salazar, Ignacio Rodríguez («El Chapucero») y Miguel Ángel Pelayo.
La demanda alega que las publicaciones de estos comunicadores en redes sociales, especialmente en la plataforma X (anteriormente Twitter), difundieron información falsa sobre una supuesta quiebra de Banco Azteca, lo que habría provocado la salida de 885,000 clientes y una pérdida del 7% en los depósitos totales del banco.
Esta acción legal ha suscitado un intenso debate sobre la libertad de expresión en México. Organizaciones como Artículo 19 han condenado el uso del sistema judicial para presionar a periodistas y usuarios de redes sociales, advirtiendo que estas demandas representan una estrategia para silenciar voces críticas y constituyen un riesgo para la libertad de expresión en el país.
Por lo cual, sus llamados suenan vacíos cuando su postura parece más alineada con la censura que con la promoción de un diálogo.
Así, mientras Salinas Pliego aboga por el respeto al derecho ajeno, su historial empresarial muestra lo contrario. Ha enfrentado múltiples controversias, incluyendo sanciones por parte de la Securities and Exchange Commission (SEC) de Estados Unidos por prácticas financieras indebidas.
En resumen, aunque Ricardo Salinas Pliego escriba mil columnas en las que proclame los valores de la cooperación, la libertad y el respeto, sus acciones personales, empresariales y fiscales parecen contradecir estos principios. Para que sus palabras tengan credibilidad, sería necesario que sus prácticas se alinearan con los ideales que promueve.
Todo lo anterior son hechos fácilmente verificables. Verdades, no falacias.