El impacto del consumo de refrescos en Oaxaca: Un problema de salud pública y aislamiento social
El alto consumo de refrescos y bebidas azucaradas en Oaxaca está generando un aumento en enfermedades como la diabetes, afectando tanto la salud física como la calidad de vida de los oaxaqueños.
Redacción Oaxaca Político.- Oaxaca es el tercer estado de México con mayor consumo de refrescos, con un promedio de entre 250 y 300 litros por persona al año. Este consumo elevado está relacionado con el aumento de enfermedades como la diabetes, la obesidad y la hipertensión, que impactan negativamente la vida social y emocional de los habitantes. Testimonios como el de Blanca, una mujer de 60 años con diabetes, reflejan el aislamiento y el estigma social que sufren quienes padecen estas enfermedades.
El consumo de refrescos ha reemplazado al agua potable en muchas regiones de Oaxaca, principalmente por la falta de acceso a agua de calidad. Además, las campañas publicitarias en lenguas locales y la escasa regulación hacia las empresas refresqueras han impulsado este hábito. En Chiapas, por ejemplo, se calcula que cada habitante consume 821 litros de refresco al año, la cifra más alta a nivel mundial.
En respuesta a este problema, Oaxaca implementó en 2020 una ley que prohíbe la venta de bebidas azucaradas a menores de edad, convirtiéndose en el primer estado en México en hacerlo. Sin embargo, la falta de un marco legislativo más amplio y efectivo limita el impacto de esta medida. En algunas comunidades, como en Villa Alta Yalálag, los habitantes han tomado la iniciativa de prohibir el acceso a productos industrializados para proteger su salud.
Para los especialistas, la solución radica en garantizar el acceso al agua potable como un derecho humano y en crear políticas públicas que fomenten hábitos alimenticios más saludables. Mientras tanto, el consumo excesivo de refrescos sigue siendo una de las principales amenazas para la salud pública en Oaxaca.