Opinión

Héctor Calderón Hallal  
 ¡Perdón Claudia!… pero no lo podemos “dejar en paz”… ¡no debemos!  


Héctor Calderón Hallal


Inútil e injusto sería responsabilizar a la actual presidenta Claudia Sheinbaum de las muy probables masacres tipo exterminio que se están descubriendo en el poblado de Teuchitlán, Jalisco; y en el Estado de Tamaulipas… y ¿Cuántos más no habrá en la mayoría de las entidades de la República?… algunas hipótesis o cálculos conservadores realizados por organismos estudiosos del fenómeno del narcotráfico y la delincuencia organizada, hablan de por lo menos 18 entidades federativas donde el deplorable… aterrador delito de lesa humanidad, como lo es la desaparición de personas (por la vía de la privación de la libertad, la tortura en cautiverio y la muerte casi siempre despiadada) se ha comprobado como delito consumado en sus jurisdicciones.

Aunque lo más probable es que en la totalidad de los estados del país se haya consumado en por lo menos los últimos diez años con una incidencia descomunalmente alta, por lo que en cada entidad puede haber cementerios o fosas clandestinas.

El problema fue creciendo exponencialmente en el país a partir de la descomposición del Estado mismo, en un lapso probablemente cercano a los 30 años, incluso.

Cada vez que vimos como “normales” conductas ordinarias y simples (pero ilegales e injustas) en funcionarios menores del rubro de seguridad y justicia… y hasta alentamos esas conductas participando en ellas, alentamos el inicio de este negro período de la vida nacional.

Desde que empezamos a aceptar como “normal”, como parte de nuestra “cultura mexicana”, el hecho de que la clase política y la burocracia en general deban ser corruptas por antonomasia; desde que aceptamos o empezamos a ver como “normal” que el negocio del narcotráfico en México, esté manejado por políticos, burócratas y militares de alto rango; desde que empezamos a aceptar -más allá de los mitos- que existan entidades federativas del país donde el narcotráfico sea forma de vida y sobrevivencia en buena parte de su  población y el Gobierno no haga nada por corregir eso; vamos… desde que “la justicia descaradamente se vende en este país al que tiene más dinero…. Desde que la “tranza” es la moneda de cambio de los más “vivos” … y la simple fuerza de trabajo honesta y fecunda de los honrados que trabajan de manera “derecha” carece de valor, que languidece frente a la “tranza” … desde entonces en este país surgió la inconformidad y, consecuentemente la descomposición.

Porque el Estado hoy no funciona en términos generales. Este es un “Estado fallido”. Debemos reconocerlo y debemos también actuar, modificando lo que sea necesario y desechando para siempre lo que ya no sirve.

Pero de esto -a propósito de repartir responsabilidades- somos responsables los mexicanos que hemos vivido en los últimos 30 años en condición de ciudadanos… no solo el Gobierno…. La población mexicana entera es responsable, no solo de los gobiernos que elige y/o construye al paso del tiempo… sino del Estado que logra consolidar.

Indiscutiblemente malos gobiernos, como los últimos que hemos tenidos en México, fuera de los aciertos -por escasos o abundantes que hayan sido- han contribuido enormemente por su nula capacidad de informarse de lo que pasa en la población y al interior de su territorio: La Población, el Territorio y un Gobierno, son los elementos del Estado…. Pero es el Gobierno, el ente responsable de informarse de lo que sucede al interior de estos dos conjuntos superestructurales, para tomar decisiones a tiempo, anticipadas y evitar catástrofes o imponderables trágicos e irremediables… como este descubrimiento aterrador de exterminio humano, que puede ser solo la “punta de la madeja” de muchos más en México, desafortunadamente.

La suma de responsabilidades constitucionales que tiene un Gobierno legalmente constituido en México, está sustentada en el título Tercero, Capítulo III, que va de los artículos 80 al 93 de la Constitución General de la República.

“No hay pierde” …. No hay forma de equivocarse; menos cuando invocamos este multicitado y célebre aforismo jurídico importado a México por los españoles desde los albores del constitucionalismo en el mundo, desde la época de los bandos solemnes, seguramente. “Todo gobernado es libre de desempeñar conducta de hacer o no hacer todo lo que le venga en gana… siempre y cuando la ley no lo prohíba…. Y a contrario sensu, todo Gobierno sólo puede hacer o no hacer, lo que la ley le faculta expresamente” ….

Entonces…. ¿Por qué el Gobierno de López Obrador falló tan estrepitosamente en este aspecto de la seguridad nacional que es tan básico y que está expresamente señalado como uno de los fundamentales en el sostén de la República, como lo es el rol del secretario de Gobernación?… ¿Sería acaso un despropósito incluso el nulo desempeño de sus secretarios de ese ramo en la atención a su parcela de responsabilidad, que incluye desde luego, recoger la información de todos los rincones geográficos del país, realizar estrategias de análisis para construir una agenda de riesgos, de todo tipo: sociales, económicos, políticos, laborales, meteorológicos, naturales en general…? ¿Y hasta de intervención extranjera o guerras intestinas y/o al exterior de las fronteras nacionales?…

Es también responsabilidad del titular de la SeGob, intercambiar información o productos de inteligencia con las diferentes secretarías o instancias del Poder Ejecutivo Federal, de los Poderes Ejecutivos de los Estados y de los principales municipios del país, a fin de conocer la incidencia delictiva, los mapas del delito por capas producidos en los C-5 del país, con sus respectivos productos de inteligencia, a fin de informar al Presidente de la República (o Presidenta) y este tome decisiones puntuales y focalizadas, para contener el mayor número de daños en la población mexicana, causados por la delincuencia o por factores sociales, políticos o naturales.

¿Cómo es entonces que no se enteró el Gobierno de López Obrador…? Aunque tampoco el Gobierno Local de Enrique Alfaro, de la existencia y “normal” funcionamiento de este horno crematorio donde eran sacrificados seres humanos… y en el más deplorable de los caos aun: que eran previamente reclutados con engaños, “para fines laborales” …. Si incluso era del dominio público que existía.

Aquí asoma una negligencia criminal, desde luego… pero no solo del Gobierno de López Obrador ni de Alfaro estrictamente en los planos federal y estatal. El mal funcionamiento de las estructuras del rubro de la gobernanza y en general de la seguridad y la justicia en este país para favorecer ‘misteriosa y convenientemente’ a la delincuencia organizada, se vienen registrando desde hace por lo menos diez años.

Habría que revisar también la actuación del secretario de Gobernación de Enrique Peña Nieto, Miguel ángel Osorio Chong… y la de los gobernadores anteriores a Enrique Alfaro en Jalisco (Aristóteles Sandoval, Emilio González, Francisco Ramírez Acuña, Alberto Cárdenas Jiménez…etc…) y la de sus respectivos colaboradores en Gobernación y Seguridad.

Para el caso de la responsabilidad del ámbito federal, concretamente del Gobierno de López Obrador, lo cierto es que quizá por prejuicio… o como un denominador común en muchas de las “no-políticas” y actitudes de este presidente mexicano, actuaba por un instinto de venganza y soberbia, sin importar el costo que le generase al país y a la población en general.

Andrés López Obrador es el tipo clásico “capaz de quemar su propia casa con tal de ver la del vecino arder” …

Con tal de burlarse de la clase política “prianista” según él, nunca nombró a un  profesional, a un experto… a una estrella de la política en la Secretaría de Gobernación -como se estila, como es de esperarse- durante su administración… y quizá si tenía elementos para habilitar en el cargo, pero no lo hizo: nombró a una “santa señora que ciertamente una profesional constitucionalista, con experiencia en la Corte misma, pero cuyas decisiones eran nulas al interior del Gabinete, mismo que no coordinaba, no obstante está señalado en la normatividad vigente que el secretario de Gobernación tiene tal importancia al interior del Poder Ejecutivo, que suple incluso al C. Presidente en algunas eventualidades de posible ausencia. Me refiero a la ministra en retiro Olga Sánchez Cordero… a quienes para mayores explicaciones en “Radiopasillo” le endilgaban el mote de “el florero de Bucareli”, por su “funcionalidad” en el cargo.

Luego se dio el lujo de traer de relevo a su paisano y amigo de la infancia, Adán Augusto López, un notario de Villahermosa, sin ningún empaque ni brillo como para darle lustre a la que es considerada la segunda política más importante en el gabinete federal.

Ese era -seguramente- el propósito central- colocar en esa posición a gente “no brillante” para que no le robara cámara al “Mesías de Macuspana”, un individuo con escasa ilustración jurídica y política en general… que no articula con fluidez ideas de ilustración política notables ante un conglomerado… por eso después, en el colmo de la grosería, de la ofensa al sentido común, coloca a la hija de Bertha Luján, la niña que salía en los anuncios de la campaña de 2018 cantando “jingles” de Morena en tonos tropicales arriba de los camiones urbanos… de “no malos bigotes” por cierto, por delgadita y jovencita en aquel tiempo todavía… pero sin ninguna experiencia para lidiar en teoría con todos los sectores de la sociedad a los que tiene qué enfrentar un titular de SeGob cuando el presidente no lo puede hacer; el trabajo de decir no, a nombre del presidente no es cualquier cosa; equivale a encerrarte con leones y con el tiempo… a fuerza de “chicotazos” y mordiscos mortales recibidos… enseñarles a hablar y a trabajar para tí.

Otra vez, el mensaje a los políticos profesionales era claro: “Miren, no se necesita ser una lumbrera para trabajar en un gabinete… ni siquiera en Gobernación…. Porque aquí conmigo ….mando yo…. Yo soy el centro del universo de este Gobierno…. Y tanto que me “ningunearon en tiempos del PRI y del PAN…. Y tantas veces que me vieron chiquito…. Ahora yo les mando decir: Reyes Heroles, Santiago Creel, Abascal, Emilio Chauyffet, Diódoro Carrasco, Don Fernando Gutiérrez Barrios, Manlio Fabio Beltrones, Juan Camilo Mouriño, Francisco Blake y Miguel Osorio Chong…. son aguacates y me los embarro en mi torta!…. ¿Quihubo?”.

Más que un reto a la razón, la actitud en muchos temas de López Obrador, fue un acto de venganza, de soberbia… como el nombrar (el “no nombrar”  materialmente) gente apta en la Secretaría de Gobernación… aquí están viéndose ya las consecuencias.

¡No, señora presidenta!… con todo respeto que usted inspira y merece, por estar bienintencionada, como lo ha demostrado en sus actitudes valientes e inteligentes a la hora de negociar de frente a la crisis desatada por la presión neurótica del premier americano Donald Trump… ¡Pero no podemos dejar de señalar la cuota de responsabilidad del expresidente en este aterrador tema!…  del descubrimiento de lugares para “el sacrificio de mexicanos… de seres humanos en general” por parte -presuntamente del crimen organizado… con la conveniente complacencia de un Gobierno -en cualquiera de sus tres  niveles- que nunca vio nada… ni siquiera lo sospechó.

¡No lo podemos dejar en paz, como usted lo pide! ¡Por el propio bien suyo!… ¡Por el bien de su administración, que ya se ve empañada, embarrada de los errores o despropósitos de su antecesor!

Autor. Héctor Calderón Hallal

@CalderonHallal1;

[email protected];

“Las opiniones vertidas en este artículo son responsabilidad exclusiva de su autor; por lo que no necesariamente coinciden con la opinión institucional de este medio”.

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