El presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció que a partir del 2 de abril se impondrá un arancel del 25% a todos los automóviles importados, como parte de su estrategia para incentivar la manufactura en territorio estadounidense. Según sus declaraciones, la medida no afectará a las autopartes fabricadas en EE.UU. y busca atraer inversión extranjera.
Por ahora, México y Canadá quedan exentos de estos aranceles debido a las disposiciones del T-MEC. Trump afirmó que la decisión podría generar hasta un billón de dólares en los próximos dos años y destacó que compañías como Honda ya están ajustando su producción para evitar los gravámenes.
La Unión Europea expresó su descontento con la medida, señalando que buscará soluciones negociadas con Washington. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, lamentó la decisión, mientras que Canadá calificó los aranceles como un “ataque directo” y anunció que tomará medidas en respuesta.

Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha endurecido las políticas comerciales con aranceles dirigidos a socios estratégicos, argumentando que busca corregir déficits comerciales y fortalecer la economía estadounidense. La nueva medida podría generar tensiones comerciales a nivel global en los próximos meses.